1979 fue el año que presenciamos la primera matanza de uno de nuestros perros. Rápida e indolora, nuestro tío nos enseñó todo lo que podía ofrecernos nuestro Bobby, un cocker de color negro brillante y ojos penetrantes. Nunca olvidaremos su sabor y lo feliz que fue. Esta lámina que mostramos hoy fue un regalo de nuestro amado tío. Cuánta sabiduría y qué generoso al pasarnos sus conocimientos. Te queremos, tío. Y a ti también, Bobby.