Cazar es un derecho. Un instinto.
No cazamos solo por el placer que nos produce capturar al animal, sino que además aprovechamos las piezas para cocinar su carne y comerla pocas horas después, un privilegio al alcance de pocos por su frescura.
Cada vez es más habitual que los niños nos pidan que soltemos algunos perros por la finca en nuestro coto privado de caza y avisemos a los vecinos para que se unan a la cacería.
Orgullosos de mantener viva la tradición.
www.belmontecarnedeperro.com
niñoscazadores #cotodecaza
Saludos a Caza y toros por Lalo